Ranas en el estanque. Los estanques al aire libre son pequeños ecosistemas de increible armonía. Es maravilloso observar cómo todo encaja en su sitio y la vida se desarrolla generosa y bella.
Si tienes la oportunidad de tener un estanque en tu jardín has de valorar la presencia de las ranas como una gran bendición.
En mi primer estanquecito puse unos peces para que se comieran las larvas de mosquitos. A los pocos días veo un movimiento extraño, cuando descubro unos ojos atentos que me miraban bajo el cubierto de las hojas de los nenúfares. Al moverme el animal se asustó y nadó hacia el fondo del estanque. Era una rana, pero no cualquier rana, era una rana inmensa, realmente impresionante.
Comencé a temer por la vida de mis peces, y todos los días intentaba asegurarme de que no faltaba ninguno. Mi marido nunca había visto una rana de ese tamaño, yo tampoco.
A los pocos días ya no era una, sino unafamiliaentera de inmensas ranas. En cuanto a los peces, seguían viviendo en el estanque en perfectas condiciones. Luego me enteré de que las ranas no comen nada debajo del agua, sólo presas de la superficie.
Era muydivertidoverlas nadar o contemplarlas inmóviles observándome. Su canto también me fascinaba por las noches. Pero lo mejor de todo es que en la superficie del estanque no había rastros de ningún tipo de insecto. No había nada, ni libélulas muertas, ni abejas, ni arañas, ni larvas de ningún tipo. El agua parecía muy limpia. En realidad la presencia de los peces era completamente inútil, porque las ranas se encargaban de la limpieza, y lo mejor era que lo hacía por su propia voluntad.
Ahora estoy haciendo mi nuevo estanque, y ya tengo renacuajos en los cubos donde provisoriamente mantengo algunasplantasacuáticas. Espero tenerlo terminado para cuando se conviertan en ranas y que se queden a vivir en mi jardín definitivamente.
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